miércoles, 27 de enero de 2010

Exposición en el Festival Cervantino 2010



Madona 1929 LA California
Federico Cantú 1907-1989
Colección CYDT



El Museo del Pueblo de Guanajuato aloja obras de artistas como José Clemente Orozco, María Izquierdo y Federico Cantú

GUANAJUATO, GUANAJUATO (17/OCT/2010).- Mientras que una mujer alimenta a su bebé, otra toca una pequeña guitarra. Más allá, un grupo de hombres celebra, juega, canta y bebe en una pulquería. A unos cuantos metros, una mujer baila con un gato. Risa y fiesta están presentes en una escena previa a la muerte.

Las imágenes -en su mayoría cargadas de alegría y fiesta- se multiplican: bailes y música habitan las salas del Museo del Pueblo de Guanajuato en una muestra llena de ritmo, color y tradición: Paisajes de música y danza, 1800-1960 que forma parte del Festival Cervantino.

Se trata de una exposición que revisa cómo durante 130 años, artistas nacionales y extranjeros convirtieron dos de las manifestaciones culturales más ricas de México, la música y la danza, en testimonio plástico.

En las salas del antiguo edificio están dispuestas mamparas, instalaciones y obras de arte, básicamente pinturas. Cada sala tiene música referida al contexto histórico del que habla cada módulo de la muestra. Un documental, casi al final del recorrido, explora con detalle cómo la danza y la música se colaron en el cine nacional entre 1930 y 1960, para formar un género que es ya patrimonio de la cultura nacional.

Paisajes de música y danza, 1800-1960, que en 2011 se exhibirá en la Ciudad de México, en el Museo Nacional de Arte, es una muestra que deja ver cómo ciertos artistas fueron especialmente sensibles para representar el influjo de estos artes. Destacan piezas en papel picado y en otras técnicas de Lola Cueto, los óleos de Federico Cantú, las ilustraciones de Ernesto “El Chango” García Cabral, los dibujos de Miguel Covarrubias, los grabados de José Guadalupe Posada, las pinturas de José Chávez Morado, Carlos Mérida y Agustín Lazo.

Se pueden ver también obras de José Clemente Orozco, Pablo O’Higgins, Raúl Anguiano, María Izquierdo, Fermín Revueltas, Alfonso Michel, Jorge González Camarena, Gabriel Fernández Ledezma y Mardonio Magaña.

La propuesta de la muestra es dar cuenta de cómo la iconografía musical y dancística resulta importante como evidencia-imagen, al tiempo que representan una fuente documental de estos 160 años. Las imágenes son testimonio de la construcción de identidades en lo cultural y lo artístico. Hay escenas de bailarines con músicos portando sus vestidos de época, danzas de diversos sectores sociales o grupos étnicos, cantantes e instrumentistas con sus guitarras, pianos, percusiones, cuerdas y alientos en ocasiones festivas y cotidianas, desde fiestas religiosas y populares, hasta escenas más íntimas como serenatas, bailes reuniones familiares.

Paisajes de música y danza, 1800-1960 permite hacer un viaje por la diversidad de estas manifestaciones en México, por el salón de baile, las salas de concierto, las calles, el campo, los teatros de revista, los cabarets, la cantina. Por el museo se oyen o se ven referencias al jarabe, el son, los concheros, las chinelas, a obras clásicas o danzas como la del Xóchitl o del Toro. Al tiempo que se exhiben concepciones ideológicas de las distintas épocas, se muestran piezas sobre la tradición costumbrista de México en el siglo XIX, representaciones de la vida alegre de pulquerías y tepacherías, la vida privada de grupos populares y clases media y alta, la mofa derivada de música y danza, y la representación de las escenas de danza y música académicas.

Esta exposición fue desarrollada por el INBA e investigadores del Munal y del CENIDI-DANZA.







Pintura, arte urbano, fotografía y arte contemporáneo, en los espacios de la Fiesta del Espíritu

Las muestras estarán abiertas al público a partir del 13 de octubre en Guanajuato, Salamanca, San Miguel de Allende y Silao

Pintura, arte urbano, fotografía, arte contemporáneo conforman el programa de artes visuales que mostrarán Colombia, Argentina, Chile, Chihuahua, Michoacán y Querétaro, Invitados de Honor del Festival Internacional Cervantino.

Paisajes de música y danza (1800-1960), muestra que rememora el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, reúne piezas con el objetivo de examinar y mostrar la obra que los artistas plásticos desarrollaron a lo largo de los siglos XIX y XX, en torno a la danza y música como testimonio de época, cultura y sociedad.

La exposición estará en el Museo del Pueblo de Guanajuato e incluye obras de Casimiro Castro, Ernesto El Chango García Cabral, José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco, Pablo O’Higgins, Miguel Covarrubias, Raúl Anguiano, Lola Cueto, Carlos Mérida, María Izquierdo, Ricardo Martínez, Fermín Revueltas y Federico Cantú, entre otros.

¡Sin techo está pelón! es una exposición integrada por piezas del acervo de la Fundación Colección Jumex. Plantea la necesidad del ser humano por contar con un lugar donde protegerse para vivir. Michel Blancsubé seleccionó obras de diversos artistas para conformar la muestra que invita a reflexionar sobre el tema desde diferentes ángulos como el social, el taxonómico y el cromático.

Con obras de Jose Dávila, Iván Edeza, Olafur Eliasson, Luis Felipe Ortega, Scott Peterman, Anri Sala, Melanie Smith y Andrea Zittel, entre otros, la muestra presenta un grupo de piezas relacionadas con la arquitectura y el urbanismo. Su título está inspirado en una obra monumental de Erik Dietman, y se exhibirá en las Salas Polivalente, Hermenegildo Bustos y Jesús Gallardo de la Universidad de Guanajuato.



http://www.informador.com.mx/cultura/2010/241866/3/el-paseo-de-la-musica-y-la-danza-por-la-pintura.htm













Música y danza dieron nuevos motivos a la plástica mexicana
Sonia Sierra/ Enviada
El Universal

Domingo 17 de octubre de 2010

Sonidos, bailes y arte, en el Museo del Pueblo de Guanajuato

ssierra@eluniversal.com.mx
GUANAJUATO. Mientras que una mujer le da alimento de su pecho a su bebé, otra toca una pequeña guitarra. Más allá, un grupo de hombres celebra, juega, canta y bebe en una pulquería. A unos cuantos metros, una mujer baila con un gato. Risa y fiesta están presentes en una escena previa a la muerte.

Las imágenes -en su mayoría cargadas de alegría y fiesta- se multiplican: bailes y música habitan las salas del Museo del Pueblo de Guanajuato en una muestra llena de ritmo, color y tradición: Paisajes de música y danza, 1800-1960 que ha sido puesta en el marco del Cervantino.

Se trata de una exposición que revisa las formas como durante 130 años, artistas nacionales y extranjeros convirtieron dos de las manifestaciones culturales más ricas de México, la música y la danza, en testimonio plástico.

En las salas del antiguo edificio están dispuestas mamparas, instalaciones, obras de arte -básicamente pinturas-. El público está acompañado en cada sala por música referida al contexto histórico del que habla cada módulo de la muestra. Un documental, casi al final del recorrido, explora con acierto y detalle las formas cómo danza y música se colaron en el cine nacional entre 1930 y 1960, para formar un género que es ya patrimonio de la cultura nacional.

Las notas del pasado

Paisajes de música y danza, 1800-1960, que en 2011 se exhibirá en la ciudad de México, en el Museo Nacional de Arte, es una muestra que deja ver cómo ciertos artistas fueron especialmente sensibles para representar el influjo de estos artes. Destacan, por ejemplo, las piezas en papel picado y otras técnicas de Lola Cueto, los óleos de Federico Cantú, las ilustraciones de Ernesto “El Chango” García Cabral, los dibujos de Miguel Covarrubias, los grabados de José Guadalupe Posada, las pinturas de José Chávez Morado, Carlos Mérida y Agustín Lazo.

Se pueden ver también obras de José Clemente Orozco, Pablo O’Higgins, Raúl Anguiano, María Izquierdo, Fermín Revueltas, Alfonso Michel, Jorge González Camarena, Gabriel fernanez Ledezma y Mardonio Magaña.

La propuesta de la muestra es dar cuenta de cómo la iconografía musical y dancística resulta importante como evidencia-imagen, al tiempo que representan una fuente documental de estos 160 años. Las imágenes son testimonio de la construcción de identidades en lo cultural y lo artístico. Hay escenas de bailarines con músicos portando sus vestidos de época, danzas de diversos sectores sociales o grupos étnicos, cantantes e instrumentistas con sus guitarras, pianos, percusiones, cuerdas y alientos en ocasiones festivas y cotidianas, desde fiestas religiosas y populares, hasta escenas más íntimas como serenatas, bailes reuniones familiares.

La exposición tiene cinco apartados: Fiesta: religiosidad y recreación, Música y baile en salones y cantinas, Música y danza en la vida privada y cotidiana, Crítica social y usos políticos y publicitarios y Escenarios e intérpretes.

Paisajes de música y danza, 1800-1960, permite hacer un viaje por la diversidad de estas manifestaciones en México, por el salón de baile, las salas de concierto, las calles, el campo, los teatros de revista, los cabarets, la cantina. Por el museo se oyen o se ven referencias al jarabe, el son, los concheros, las chinelas, a obras clásicas o danzas como la del Xóchitl o del Toro. Al tiempo que se exhiben concepciones ideológicas de las distintas épocas, se muestran piezas sobre la tradición costumbrista de México en el siglo XIX, representaciones de la vida alegre de pulquerías y tepacherías, la vida privada de grupos populares y clases media y alta, la mofa derivada de música y danza, y la representación de las escenas de danza y música académicas. Esta exposición fue desarrollada por el INBA e investigadores del Munal y del CENIDI-DANZA.





http://www.festivalcervantino.gob.mx/Public/ArtesVisuales